Los Jardines
Con una superficie de más de 500 m2 el estanque que preside la casa es una lámina ornamental de agua, al estilo de la Alhambra de Granada, que refleja el edificio y los tilos que lo rodean.
El magnífico porche de más de 90 m2, integra una chimenea exterior y espacio para tertulias y almuerzos al aire libre. Se accede a éste desde la biblioteca y el salón.
La Quinta está rodeada de jardines exuberantes, fuentes cantarinas, y paseos sombreados por parras de rosas y jazmines. Abundan los granados, y sobre todo limoneros y naranjos, que dan abundante fruta y olor de azahar en primavera.
El elegante jardín se distribuye en parterres estructurados donde es posible encontrar ocultos tras las gauras de flor fucsia, olivos con más de ocho siglos de arraigo a la tierra, además de mimosas, moreras, tilos, y arces japoneses, entre otras variedades de árboles y arbustos.
Las rosas tienen su propio espacio, siendo utilizadas para abastecer a la casa de maravillosos ramos que perfuman todas sus estancias. El invernadero acristalado garantiza en todas las estaciones la presencia de tulipanes y otras flores en la Quinta de Cadima.
El paseo por el jardín es una sorpresa constante, acompañado por el rítmico crujido de la arena bajo nuestros zapatos. El sol o la lluvia, el sonido de las fuentes que recorre los caminos entre plantas y frutales y el adivinar qué nos espera en el próximo recodo mantiene la atención del ocioso paseante. Es como entrar en un laberinto del que conocemos de antemano la salida, pero dentro del que fingimos estar perdidos para disfrutar más del jardín y de sus constantes cambios.